¿Qué dicen los golosos sobre el carácter de una persona?
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¿Qué dice una debilidad por las tazas de mantequilla de maní de Reese sobre tu personalidad? Algo bastante sabroso. En lugar de reflejar una falta de fuerza de voluntad, como lo harían los dioses de la dieta dura y crítica, nuevas investigaciones (a través del Sol de Vancouver) sugieren una asociación más positiva entre las dulces indulgencias y la naturaleza humana. De hecho, un grupo de investigadores en los EE.UU. relacionan a los golosos con la posesión de rasgos de personalidad placenteros.
Investigadores de psicología de la Universidad de Pensilvania, la Universidad de Chicago y la Universidad Estatal de North Dakota en los EE.UU., tenían curiosidad por saber si existía una relación entre el afecto de un individuo por las golosinas azucaradas y una disposición agradable o»dulce».
Después de llevar a cabo cinco estudios en los que participaron más de 500 personas, los investigadores concluyeron que las personas a las que les gustan los dulces o los artículos azucarados también tienden a ser más agradables en general.
Por ejemplo, en un estudio, los investigadores pidieron a las personas que eligieran entre un chocolate y un alimento no dulce. Aquellos que eligieron el chocolate se encontraron con disposiciones más agradables que aquellos que optaron por el producto no dulce. También se consideraba que era más probable que ayudaran a alguien necesitado que a sus contrapartes menos indulgentes.
Sin embargo, no hay que atribuir la amabilidad de los chocolateros a la feliz influencia del cacao y el azúcar por sí solos. Uno de los investigadores involucrados, el profesor de psicología de la Universidad de Gettysburg, Brian Meiers, señaló que no era el chocolate lo que hacía a la gente más agradable o agradable.
Dijo Meiers: «Nuestros estudios de sabor controlados por un estado de ánimo positivo, así que los efectos que encontramos no se deben a la sensación feliz o gratificante que uno puede tener después de comer un alimento dulce.»
Simplificando: las personas agradables conocen el valor cósmico de un Milk Dud al igual que conocen el de la Regla de Oro.
Aún más interesante, uno de los estudios confirmó una asociación cultural entre los alimentos dulces y las personas agradables. Después de que se les mostraran fotografías de extraños y luego se les dijera que les gustaba el pastel de chocolate, por ejemplo, los participantes calificaron las personalidades de los aficionados al chocolate como más agradables que las de aquellos que no se identificaban como aficionados a los dulces.
Así que para esos hombres y mujeres que nunca han conocido un pastel de chocolate que no les gustó -y los cuento como hermanos y hermanas de sangre- es hora de reconocer que su actitud acogedora hacia el glaseado dulce y espeso es realmente algo bueno, y no sólo para sus papilas gustativas, sino también para la humanidad.