¿Qué dicen tus zapatos de ti? Mucho, en realidad.

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Zapatos de correr Nike rosas con cordones azules, manchados de suciedad y sudor, y sí, incluso de ketchup: estos son mis zapatos favoritos y los que uso con más frecuencia. Llegando en segundo lugar: un par de zapatillas de los Winners. ¿Qué dicen mis hábitos de usar zapatos acerca de mí? Ellos indican que puedo permitirme (o al menos estar dispuesto a extender mi crédito) comprar zapatos para correr de más de $100, que soy perezoso, desordenado y que disfruto perpetuando el mito de que soy (incluso pasable) atlético.

¿Qué tienes en los pies? Porque si pensabas que tus zapatos eran sólo una acumulación de goma y cuero, piénsalo de nuevo. Un estudio reciente (a través de The Huffington Post) ilustra cuán significativas pueden ser nuestras elecciones de calzado cuando se trata de revelar el estatus socioeconómico y los rasgos de personalidad. Lo que llevas puesto puede ser tan revelador que la gente hace una serie de suposiciones sobre quién eres cuando te quitas esos mismos zapatos.

Aunque no es una sorpresa saber que la gente nos juzga por lo que llevamos puesto, lo que puede ser sorprendente es el hecho de que muy a menudo las suposiciones que hacen basadas en nuestra apariencia externa resultan ser ciertas.

Los investigadores de la Universidad de Kansas y Wellesley College pidieron a los voluntarios que proporcionaran fotografías de sus zapatos; más tarde, durante una sesión separada, esas mismas personas ofrecieron información personal. Esas fotos fueron entregadas a un nuevo grupo de participantes a quienes se les pidió que adivinaran la edad, el sexo, los ingresos e incluso la ansiedad por el apego de los dueños de los zapatos.

Curiosamente, sus suposiciones resultaron ser sobre el dinero.

El artículo de Huffington Post resumía algunas de las curiosas correlaciones entre el calzado y los rasgos de personalidad. Por ejemplo, los extrovertidos a menudo usan zapatos llamativos, mientras que la gente consciente cuidaba bien sus zapatos (sin manchas de ketchup.) Y, curiosamente, parece que cuanto más incómodos son tus zapatos, más probable es que estés tranquilo, fresco y tranquilo.

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